El Bostezo
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El bostezo no es tan solo un signo de cansancio o de aburrimiento, es también un signo mucho más general de cambio de condiciones en el interior de nuestro organismo. El sistema nervioso recibe información del cansancio o el aburrimiento que está provocando una disminución de la atención, pérdida de concentración, laxitud muscular. Mayormente se produce en la transición de un estado de sueño a un estado de vigilia y viceversa, formando parte del reflejo de vigilancia.
Aunque no se sabe con exactitud porque se produce el bostezo, una hipótesis con buena acogida es la que defiende que bostezamos para oxigenar nuestra sangre: nuestro cerebro detecta un exceso de dióxido de carbono y da la orden para que abramos la boca e inhalemos aire a través de los pulmones. Sin embargo, esto está en estudio ya que un feto en el vientre de su madre bosteza sin que sus pulmones tengan ventilación.
Otra teoría sostiene que los bostezos son provocados por los mismos químicos en el cerebro (neurotransmisores) que afectan las emociones, el sentido del humor, el apetito y otros fenómenos.
Investigaciones científicas afirman que no bostezamos como paso previo a un plácido sueño, sino más bien para todo lo contrario. Al parecer, el bostezo cumple la función de mantenernos alerta, de evitar que nos durmamos. ¿Cómo lo hace? Facilitando que nuestros vasos sanguíneos se refresquen y manteniendo así el cerebro despejado.
Desde el punto de vista psicológico, algunos científicos consideran al bostezo como una especie de mecanismo modulador de la ansiedad.
Otra hipótesis defiende que el bostezo es un medio que permite a otros comunicar el cambio en las condiciones del entorno o del interior del cuerpo, como una manera de sincronizar comportamientos, en lo que puede ser un mecanismo residual de un comportamiento gregario. Así es una herramienta social, el medio por el que se coordinan la horas de sueño del grupo. El bostezo entonces emitiría una señal de cansancio hacia otros miembros del grupo para sincronizar los patrones de sueño y períodos de actividad.
Algunos investigadores opinan que el bostezo es un vestigio evolutivo, cuyo significado original podría haber sido intervenir en la conducta del despertar, en los momentos que la atención disminuía bajo condiciones de peligro.
Según esta última opinión, primitivamente el hombre coordinaba las horas de sueño para que mientras un grupo dormía, otros vigilaban sobre cualquier peligro que pudiera presentarse. Solo se podía estar seguro que un compañero tendría sueño si este bostezaba. Quizás hasta le daban con un garrote por la cabeza para que no contagiara el bostezo y su estado anímico a los demás.
- Son altamente contagiosos, verlos, oírlos, leer o ver imágenes sobre bostezos, incluso pensar en ellos puede desencadenar el mecanismo del bostezo.
- Aunque todos los vertebrados bostezan, sólo los humanos y los chimpancés tienen un bostezo contagioso, al ser dos especies que han desarrollado una complejidad social superior al resto.
- En personas esquizofrénicas o con autismo, que presentan una merma en la empatía y en la capacidad de comunicación, el bostezo por contagio está prácticamente anulado.
- Como el bostezo puede expresar mensajes antisociales (aburrimiento, rechazo, cansancio…) se intenta disimular el bostezo cubriendo la boca con la mano.
- En 1942 el científico Moore incluyó el bostezo como uno de los primeros reflejos observables en los recién nacidos. Sorprendentemente, ya bostezamos antes de nacer: los primeros bostezos ocurren al final del primer trimestre del desarrollo del feto.
- No se puede interrumpir una vez iniciado pues posee una intensidad característica.Si se reprime o evita, el bostezo resulta insatisfactorio, incluso molesto.
- Robert asegura en su libro, “El bostezo”, Mente y Cerebro. Que el hecho de que se contagie el bostezo es algo psicológico: el cerebro interpreta que el otro que bosteza nos “roba el aire”, por lo que nuestro cerebro por instinto de supervivencia trata de recoger todo el oxigeno que pueda antes de quedarse sin aire.
- Bostezar no siempre es una mala noticia. De hecho, una revisión a siete estudios presentada en la conferencia anual de la Sociedad Británica de Psicología 2011 demostró justamente lo contario: el aburrimiento permite buscar nuevas formas de ser empático y motiva a participar en tareas sociales que normalmente parecen poco estimulantes, como donar sangre o ser caritativo.
- Aunque bostezar es algo innato y hasta saludable, si no para de bostezar en el trabajo porque siente una gran desmotivación y aburrimiento durante la jornada laboral, existe la posibilidad de padecer de Síndrome de Boreout, el cual puede acabar minando su autoestima como trabajador y bloqueando sus verdaderas habilidades.
- ¿No te dieron ganas de bostezar?
Categorías: Aburrimiento, Bostezo, Cansancio, Concentración, Curiosidades, Síndrome
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