Son lesiones fuertes producidas por objetos puntiagudos que penetran la piel. Por lo general, la lesión es dolorosa, la hemorragia es escasa y el orificio de entrada es poco notorio. Se definen por la existencia de un orificio de entrada, de un trayecto más o menos largo y un orificio de salida cuando traspasan por completo una zona del cuerpo. En ocasiones, el objeto puede partirse quedando trozos del mismo dentro del cuerpo. Son heridas de fácil infección, ya que su limpieza se dificulta y de no ser atendida como se debe, puede complicarse causando tétanos.
Habitualmente, las heridas punzantes son heridas menores, pero esto depende considerablemente de los siguientes factores: grosor del instrumento, zona herida, profundidad de la lesión, limpieza del objeto. Las circunstancias que agravan el pronóstico son: que la herida sea penetrante en una cavidad; que haya interesado órganos vitales o de importancia funcional; que por la contaminación del instrumento se produzca una infección en profundidad.