PREVYSA |
11/03/2011 |
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El dolor de espalda es probablemente una de las afecciones más
comunes, sobre todo en el ámbito laboral. La causa más frecuente de este
malestar es el lumbago y con menor frecuencia la lumbociática,
afecciones que se caracterizan por dolor en la zona lumbar.
La diferencia entre ambas es que en el primer caso no hay compromiso
de las raíces nerviosas originadas en la médula espinal, que emergen de
la columna y desde donde nace el nervio ciático y sus ramas. En cambio,
los afectados por lumbociática sienten dolor lumbar, pero con
irradiación de tipo radicular, lo cual significa compromiso,
generalmente compresivo, de dichas raíces.
Entre el 10 y 20% de la población sufre cada año de una de estas
afecciones, originadas muchas veces por golpes o problemas posturales.
Sin embargo, la mayoría no consulta por considerarlo una molestia menor,
habitualmente transitoria.
Alrededor del 80 a 90% de los casos de lumbago y lumbociática tiene un origen mecánico,
como distensión muscular, hernia del núcleo pulposo (lo que comprime la
raíz nerviosa en el punto en que emerge desde la columna), artrosis de
las articulaciones interapofisiarias o espondiloartrosis (en la zona
posterior de las vértebras), raquiestenosis (estrechez del canal
vertebral), espondilolistesis (deslizamiento de una vértebra sobre otra)
y escoliosis (desviación lateral) del adulto.
Además de estas causas, hay que considerar que los fenómenos
degenerativos propios del envejecimiento actúan como factores
predisponentes en la aparición de esta enfermedad.
Aproximadamente, el 10% de los casos está determinado por
enfermedades de pronóstico muchas veces reservado, como tumores de la
columna, o más frecuentemente, metástasis o ramificaciones de lesiones
malignas en la próstata, mamas y riñones, entre otros. Dentro de este
grupo de afecciones graves manifestadas por lumbago también hay que
considerar la infección del espacio intervertebral o espondilodiscitis.
Por último, hay unos pocos casos en que el dolor lumbar no tiene su
origen en la columna vertebral ni en estructuras anexas, sino que en
vísceras localizadas a distancia (dolor referido), como la aorta,
riñones y vesícula biliar.
Si bien el síntoma principal es el dolor, éste puede ser más agudo o intenso, o estar acompañado de otras manifestaciones, como problemas de movilidad o rigidez. En general, el lumbago originado por enfermedades sistémicas
(tumorales, inflamatorias, infecciosas) puede acompañarse de
manifestaciones generales como fiebre, baja de peso y anemia, síntomas
ausentes en alteraciones de origen mecánico.
La causa determina el tratamiento
Para tratar el lumbago de origen mecánico se emplean analgésicos,
antiinflamatorios, relajantes musculares y calor local. Además, se deben
corregir los factores predisponentes, reduciendo el sobrepeso,
mejorando la musculatura paravertebral lumbar y abdominal con ejercicios
adecuados, evitando levantar pesos en posturas inadecuadas y
preferiendo camas que no sean muy blandas.
En la lumbociática asociada a herniación discal, si existe una
compresión radicular significativa, el tratamiento es básicamente
quirúrgico. Por el contrario, si no hay un compromiso neurológico
importante pueden indicarse antiinflamatorios y reposo por algunos días,
seguido, si se observa mejoría, por kinesiterapia.
En la espondiloartrosis y en la estenosis del canal raquídeo,
inicialmente se utilizan antiinflamatorios y se instruye a los pacientes
acerca de la adecuada biomecánica vertebral. En algunos casos se
emplean también inyecciones epidurales de corticoides, reservándose la
descompresión quirúrgica para los pacientes muy incapacitados por el
dolor, que es la minoría.
Cuando el dolor lumbar se origina por
enfermedades inflamatorias que comprometen la columna
(pelviespondilopatías) se utilizan antiinflamatorios y ejercicios
frecuentes para evitar la rigidez -idealmente natación- y muchas veces
es necesario indicar medicamentos manejados exclusivamente por
especialistas (reumatólogos) y, dependiendo de la gravedad del caso,
fármacos biológicos.
El lumbago secundario a infección del espacio discal
(espondilodiscitis) es una grave condición que amerita hospitalización,
punción biopsia para estudio bacteriológico y una pronta instauración de
tratamiento antibiótico en dosis elevadas y larga duración.
Categorías:
Causas,
Ergonomía,
Faja Lumbar,
Lumbalgía
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